García Reino, Oscar
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Nace en Montevideo el 10 de febrero de 1910. Comenzó siendo escultor, técnica aprendida en el Círculo de Bellas Artes con el maestro Severino Pose, pero luego descubrió su vocación pictórica en las aulas de Guillermo Laborde, personalidad decisiva en la enseñanza artística nacional. Luego vinieron las clases con Carlos Prevosti y la escultora argentina Cecilia Markovic, el contacto directo con Joaquín Torres García. De los últimos, conservó una extrema sensibilidad hacia una paleta de grises dominantes y un sentido, por momentos escultórico, de las formas, en especial los retratos. En 1956 obtuvo una beca de la Unesco para estudiar en París en la Manufactura de los Gobelinos. Realizó el primer tapiz abstracto y profundizó después esa técnica en la Escuela Superior de Artes Decorativas de Bruselas. Pero el principal aprendizaje fueron los museos y la pintura de todos los tiempos, aumentando su interés por el arte abstracto en ese momento en pleno auge. Al regresar al país, ingresó como profesor de dibujo a la Escuela Nacional de Bellas Artes, conformó con sus amigos Vicente Martín, Miguel A. Pareja y el alemán Hans Platschek un grupo de moderada vanguardia que derivaría a la vinculación con el Grupo 8. Siempre conservó su posición de pintor aislado, exigente consigo mismo. Su intervención en numerosas muestras colectivas a partir de 1940 en el Salón Nacional, y en 1941 en el Salón Municipal, el Concurso del Premio Blanes (1961), la I Bienal Americana de México, las I y II Bienales de San Pablo, confirman, junto a los premios obtenidos (Premio Beca Unesco, 1956, Gran Premio de Pintura, 1964, Premio Europa, 1967, Premio Inca, 1987, la participación en el Premio NMB Bank, 1989), el reconocimiento y aceptación por parte de la comunidad artística nacional e internacional. Mantuvo un delicado equilibrio entre la figuración y la abstracción, recreando paisajes portuarios, marinos, claraboyas montevideanas, retratos y naturalezas muertas, en series temáticas, con un delicado tratamiento de la materia y color. Presentó rostros rotundos, mayoritariamente femeninos, con gran sentido volumétrico, multiplicó y sobrepuso planos de tendencia cubista a la manera de André Lhote, apresando grises azulados interrumpidos por toques de color puro, o enfatizando el desplazamiento de la espátula. Fue el pintor de la sugerencia, como buen pintor posromántico, continuador de su admirado Turner. Fallece en Montevideo en 1993.