Longa, Hugo
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Nace en Guaviyú de Arapey, Departamento de Salto, el 4 de junio de 1934. A los cuatro años tuvo su primera instrucción artística, un curso de dibujo por correspondencia que le llegaba desde Buenos Aires. Un año más tarde, una vez que su familia se hubo trasladado desde el campo a la capital salteña, continuó sus estudios de dibujo con el escultor Edmundo Prati. En 1954 ingresó en la facultad de Derecho para cursar Notariado. Por casi una década relegó su faceta artística para dedicarse a un trabajo bancario. El 25 de agosto de 1965 entró al local de la ex Comisión Nacional de Bellas Artes, que albergaba el Salón Nacional de ese año, y quedó impactado por la obra realizada por Jorge Damiani. Poco después, leyendo los avisos fúnebres de un diario -una de sus obsesiones- descubrió un anuncio del taller de Damiani, con quien comenzó a estudiar pintura en el Círculo de Bellas Artes en 1966. A partir de esa fecha expuso y participó en varios concursos. Se fascinó con la técnica del collage, las posibilidades de la tecnología y la libertad de surrealismo. Escuchaba música, concurría fanáticamente al cine y leía con voracidad. A impulsos de la lectura del diario de Ana Frank pintó la serie Testimonios de Auschwitz. En 1970 ocurrió un hecho que cambiaría la vida del artista. Un día recibió en su taller la visita de la galerista uruguaya Alicia Karlen Gugelmeier acompañada del pintor Clarel Neme. Al cabo de ocho horas de mirar obras y conversar con el artista, la marchand adquirió la producción de todo un año: 12 cuadros, 28 telas, 30 acuarelas y 10 objetos. Al día siguiente, Longa renunció a su trabajo en el banco. En 1979 formó parte del envío a la XV Bienal de San Pablo junto a Battegazzore, Matto, Sposito y Tonelli. En diciembre de 1989 se realizó en la Estación de AFE la última muestra de Hugo Longa. En ocasión de esa exposición la crítica María Luisa Torrens escribió un catálogo que más de dos décadas después sigue siendo la única referencia bibliográfica específica sobre su obra, sumado a artículos de prensa. La gran eclosión que produjo la obra de Longa ocurrió hacia mediados de la década de 1980, cuando las estructuras opresivas del régimen militar comenzaban a ceder en favor de la libertad. Se distinguió por el desenfreno cromático de su paleta, pasó a presidir un movimiento llamado "pintura salvaje", que se conoció como neoexpresionismo uruguayo. El propio artista reconocía entre sus grandes influencias al comic, varias de sus iconografías personales las extrajo de historietas como 'Misterix' o 'El Tony'. Como docente, alentó a sus discípulos a que acentuaran su personalidad y que transitaran un camino propio. Entre los primeros discípulos se cuentan: Fernando López Lage y Alvaro Pemper, a los que se sumarían, Gustavo Tabárez y Margaret White. En una segunda etapa se cuentan: Virginia Patrone, Carlos Musso, Carlos Seveso y posteriormente Lacy Duarte. Fallece en Montevideo el 30 de agosto de 1990. En el año 2009 su obra se exhibió en el Museo Nacional de Artes Visuales en un capítulo dela muestra "Geometrales".